Balance 2015

Balance 2015 y retos 2016 en responsabilidad social

El año 2015 se acaba y hemos pedido a Orencio Vázquez del Observatorio de RSC que nos haga un balance del año en materia de RSC

El 2015 no ha sido un año especialmente bueno en responsabilidad social. No ha habido avances significativos por lo menos en el entorno nacional. Había expectativas sobre cómo se iba a implementar la estrategia de RSE aprobada a finales de 2014 pero el Consejo Estatal de RSE ha tenido una actividad mínima, ha habido cambios en la dirección general y a nivel de desarrollo se puede decir que ha sido nulo o por lo menos no se ha informado desde el consejo sobre cual es la evolución en cuanto a la implementación de esta estrategia.

En el ámbito internacional se puede decir, sin embargo, que hay una aceptación prácticamente por parte de todos los actores y sobre todo por parte de los gobiernos de que la empresa es un actor relevante en la consecución de los grandes retos y desafíos que tenemos por delante. Dos ejemplos de ello ha por un lado, la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el que específicamente se marcan objetivos concretos no sólo para ser afrontados por los gobiernos sino también en la implicación por parte de las empresas. También en la alineación de esa agenda de sostenibilidad con la agenda de desarrollo a nivel internacional podríamos incluir todo lo que tiene que ver con el cambio climático. La empresa es un actor fundamental y tiene que ser involucrado en la consecución de objetivos y retos como puede ser eliminar la pobreza, aumentar los niveles de educación y de acceso a la salud o lucha contra el cambio climático.

Tras las selecciones en España, y todavía sin un gobierno configurado, nos gustaría saber su opinión sobre los retos para 2016 en materia de RSC.

2016 es un año que se presenta con grandes incógnitas pero también con expectativas. En el panorama nacional lo primero es esperar a que se forme gobierno. Desde mi perspectiva una cuestión que creo que es positiva es que el gobierno resultante va a tener que dialogar con los diferentes partidos para poder llevar a cabo los planes, leyes y reglamentos en diferentes ámbitos. Desde esta perspectiva el ámbito de la responsabilidad social va a salir beneficiada. Es decir, no vamos a tener que esperar a que un gobierno de un partido determinado se involucre en el desarrollo y fomento de un modelo sostenible sino que vamos a poder atacar, por decirlo de alguna forma, a través de diferentes partidos políticos para que se pacte o se llegue a acuerdos para abordar ese reto de la sostenibilidad en nuestro modelo.

Además en 2016 habrá que ver como se implementa a nivel nacional la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas, también el Plan Nacional de Empresa y Derechos Humanos que está ahora mismo pendiente de aprobación desde hace unos quince meses por parte del consejo de ministros. También un tema muy relevante es la transposición de una directiva europea que obliga a los trabajadores con más de 500 trabajadores a informar sobre como gestiona el impacto sobre el medioambiente, sobre los trabajadores o los derechos humanos y el plazo para la transposición vence en 2016. Habrá que ver como España adapta esa directiva, cuales son los mínimos que exige a las empresas y a que tipo de empresas para que informen sobre como gestionan estos impactos. No tenemos que olvidar que la transparencia es el elemento fundamental para recobrar la confianza de los ciudadanos y así podrán tener elementos suficientes para poder seleccionar una empresa u otra en función de cómo estén gestionando sus impactos.