El pasado lunes 14 de octubre comenzó la quinta sesión de las negociaciones del Tratado de Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos. Las negociaciones tuvieron lugar en Ginebra durante toda la pasada semana semana y estuvieron centradas en la discusión del Primer Borrador del texto de este instrumento internacional.
Gracias a las publicaciones diarias realizadas por ECCJ sobre cada una de las sesiones hemos podido seguir el proceso y compilar algunas de las principales conclusiones.
España se estrena en el proceso
El primer día de sesiones vio el despertar de España en este proceso, pues fue la primera vez desde que comenzaran las reuniones anuales del Grupo Intergubernamental de trabajo que el representante español tomó la palabra a título individual para aportar sobre el contenido del borrador del tratado. Las aportaciones giraron en torno a dos cuestiones:
- La necesidad de incluir la perspectiva de género en el Tratado y en particular la inclusión de la discriminación de género en ciertos artículos. Esta aportación fue cuestionada por Egipto en nombre del bloque islámico, con más de 50 países.
- La conveniencia de añadir más referencias sobre los Defensores y defensoras de derechos humanos.
En el segundo día, España participó de nuevo a título individual, apoyando la idea que comparten otros muchos estados, expertos y organizaciones sociales sobre el cambio de aplicación de la debida diligencia a todas las actividades de negocio de la empresa en lugar de a solo aquellas con naturaleza contractual. Se defendió que el lenguaje del Tratado debía ir en línea con los Principios Rectores y con la Guía de la OCDE sobre debida diligencia.
Discusiones sobre asuntos cada vez más concretos
Gracias a las aportaciones diarias de ECCJ hemos podido comprobar que las discusiones del Tratado se centran cada vez más en cuestiones técnicas y sobre el fondo y contenido de los artículos, a pesar de que algunas cuestiones de forma todavía permanecen sin resolver -el papel de la UE y la necesidad de contar con un mandato expreso por parte de la Comisión Europea-.
El texto de este Primer Borrador cambia el alcance del tratado para aplicarlo a todas las empresas, y no únicamente a aquellas con un carácter transnacional, como hacía el anterior borrador. Este cambio de alcance que había sido reclamado por muchos Estados y por la propia UE sigue provocando reacciones por parte de algunos países como Rusia, Cuba o Sudáfrica, que creen que este cambio de enfoque es erróneo, mientras algunos expertos/as apuntaron que para regular a las empresas multinacionales en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos sería necesario que alcanzase a todas las empresas que trabajan con estas multinacionales o que están integradas en sus cadenas de valor globales.
En el resto de días las discusiones iban desgranando cada uno de los artículos del actual borrador centrándose en temas tan importantes como los derechos de las víctimas -establecido en el artículo 4-, las barreras procesales de acceso a la justicia -fundamentalmente los costes del proceso y la carga de la prueba junto con las cuestiones relativas a la prescripción de las acciones-, la debida diligencia -concreción de las obligaciones de debida diligencia y consecuencias-, la responsabilidad jurídica de las empresas -y si esta debe ser civil, penal o administrativa-, o cuestiones relacionadas con la competencia de los tribunales nacionales y la cuestión de la ley aplicable.
Las discusiones pusieron una vez más en evidencia las posturas contrapuestas de diferentes de países. Así, países como Rusia o China han mostrado posturas beligerantes en relación con ciertas cuestiones como el ámbito de aplicación del tratado, la responsabilidad penal de las empresas, o las provisiones sobre derechos de las víctimas, mientras otros estados se han mostrado más cómodos con el actual enfoque y han participado proactivamente para mejorar y seguir modelando este instrumento.
En la serie publicada por ECCJ podréis encontrar información detallada sobre todos los pormenores de las negociaciones, y del papel jugado por muchos de los estados participantes.