María Rodríguez, experta en consumo responsable y RSE. Miembro del Observatorio de RSC. Artículo publicado en la revista Distribución y Consumo.
La dificultad por parte de los consumidores de conocer determinadas actuaciones que las empresas realizan en el marco de su proceso productivo o de comercialización, generan desconfianza entre los consumidores. La obsolescencia de los productos es una de las causas.
La obsolescencia de los productos no solo influye en las consecuencias económicas que genera en los consumidores; también ha supuesto, entre otras, la desaparición de multitud de pequeñas empresas que se dedicaban a la reparación de electrodomésticos, al hacer, como consecuencia de su diseño, imposible la reparación de los mismos. Aspectos relacionados con la innovación, el diseño, los servicios postventa y nuevas prácticas empresariales son los que a futuro serán valorados por los consumidores de forma generalizada.
Los consumidores están empezando a exigir más información por parte de los fabricantes para poder ejercer su derecho a un consumo responsable y al mismo tiempo se ha iniciado una presión importante hacia los gobiernos para exigir leyes que garanticen que las empresas no producen con criterios de obsolescencia.
Algunas iniciativas actuales en la Unión Europea, en algunos países de nuestro entorno geográfico con carácter individual e incluso en Naciones Unidas, señalan el camino a seguir.